Eugenio Viola
Crucificadme junto al mar
clavad mis tobillos, atornillad mis muñecas,
mi cuerpo esconde la historia de mi alma,
sacadme la voz a latigazos.
Testigos míos sois todos,
vine aquí para afligir mis miembros,
si ya no siento, donaré al mundo
dolor y el vino de mi sangre.
Crucificadme junto al mar,
que reposen sobre mí las aves solitarias,
si no amaron mis ojos
que sustenten a los pájaros.
Traedme una túnica escarlata,
un hábito rojo que decore mi espalda,
si he de morir, moriré gallardo,
ardiente y alto como el cielo malva.
Crucificadme junto al mar,
acercad la lanza a la puerta de mi costado,
antes de que la marea se levante,
acabad YA con la calumnia de mi carne.
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