sábado, 14 de febrero de 2009

eugenio viola












Eugenio Viola

Crucificadme junto al mar

clavad mis tobillos, atornillad mis muñecas,

mi cuerpo esconde la historia de mi alma,

sacadme la voz a latigazos.


Testigos míos sois todos,

vine aquí para afligir mis miembros,

si ya no siento, donaré al mundo

dolor y el vino de mi sangre.


Crucificadme junto al mar,

que reposen sobre mí las aves solitarias,

si no amaron mis ojos

que sustenten a los pájaros.


Traedme una túnica escarlata,

un hábito rojo que decore mi espalda,

si he de morir, moriré gallardo,

ardiente y alto como el cielo malva.


Crucificadme junto al mar,

acercad la lanza a la puerta de mi costado,

antes de que la marea se levante,

acabad YA con la calumnia de mi carne.

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