viernes, 23 de enero de 2009

two silver trees for calexico

Lo último que vi,

demarcando el horizonte,

dos árboles plateados.

La tierra envenenada

el paraje insólito

de un desierto oscuro,

bajo un cielo desganado

la guitarra araña el aire.

Tu memoria frágil

de cría de pájaro

el tiempo nos deshace

sin grandes alardes.

Dos árboles plateados

antes de la noche

abonados al frío,

la tristeza dominical

de un pueblo solitario.

Rasgueo de serpientes,

amamos el pecado más

que a nosotros mismos,

fuimos los cuervos

de nuestro afecto,

esperamos el final

para tragar los desperdicios.

Campo de piedras,

descampado gris

tregua de estaciones,

los escorpiones se acercan

con su látigo de muerte,

ahora el tiempo claudica.

Lo último que vi,

demarcando el horizonte,

dos árboles plateados.

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