Ni vuestro tiempo, ni vuestro espacio,
yo fundé mi propio palco en la frontera.
Este es mi paraje, una estría de trompetas
y guitarras, un buen lugar para el anuncio;
Los pájaros emigrantes no viajan,
Huyen del este,
trajinados por sus miedos.
Más que nada temí perteneceros,
alzar una bandera en un nombre ajeno,
Tierra, patria, padre, nación, estado,
techos de palabras que aun me ensombrecen,
La identidad es una ficción pactada,
la historia maquinó la forma,
el hombre país huía de la angustia.
Dejadme aquí sentado en la frontera,
inmóvil en este tiempo lento y huero
solo quiero un árbol y mi sombrero,
la única manera de conquistar la sombra.
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