Ha una corona di freschi pensieri, splende nell’aqua fiorita,
(MATTINA,El sentimiento del Tiempo, Giuseppe Ungaretti 1936).
Al igual que el poema de Ungaretti, Mattina, “Contemplations of Dawn” de Kristel Sayers, es una obra que suscita una corona de pensamientos frescos. El espectador es cautivado por el intenso poder de impacto sensorial del cuadro, y se abstrae de inmediato hacia un llano inmenso de pensamientos e ideas que crea esta figura de mujer hecha estatua o estatua hecha mujer. La textura de su piel de argento mezclada con carne y arcilla, la delicada finura del movimiento de sus miembros, su faz firme y nostálgica, invitan al espectador a una infinitud de alegorías y interpretaciones, todas relacionadas con el hombre como ser en el universo, el arte y el tiempo. Porque ya desde el color de la carne de la mujer que en la tela despierta, la artista nos propone la idea de un ser moderno, vital y al mismo tiempo mitológico. Sus rasgos son delicados pero sus muslos son fuertes, está moldeado con técnicas clásicas y una sensibilidad moderna y aunque su feminidad es evidente podría también, al igual que Tiresias, poseer el secreto de ambos sexos. El poder y la belleza de esta obra florecen desde el respeto máximo hacia la destreza y la perfección de las formas. La artista se ha nutrido de la belleza clásica, de Michelangelo, del renacimiento, para crear la visión de un ser nuevo que trasciende el lienzo y que llega a los sentidos, desenfundando también la reserva imaginaria del espectador y su posibilidad de entendimiento. En un contexto histórico donde el artista lucha siempre por romper, por atropellar algo, sorprender, Sayers nos ofrece una transición fluida, sin esperpénticos montículos ni hendiduras, hacia un arte nuevo, moderno, contemporáneo, calmo aunque no inmóvil y fabulosamente clásico. La estatua/mujer/hombre de la artista nos plantea una serie de reflexiones y preguntas acerca del ser humano y el arte desde la quietud de su lecho de pintura; ¿Hacia donde? ¿Por qué? ¿Cuándo? Es posible que en el arte como en la vida, Sayers y también el gran poeta de Israel Yehuda Amichai estén de acuerdo en afirmar, “Quizás como una estatua sin brazos, la vida sea más bella sin hazañas ni heroísmos.”
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