jueves, 18 de diciembre de 2008

the man who called himself a poet

The man who called himself a poet

El señor con la americana marrón a cuadros, cabello engominado, aplastado hacia la izquierda, con evidentes signos de mal-llevada calvicie, pantalones fallido intento de campana, zapatos sin punta, camisa demasiado grande, nariz afilada, piel blanca, prominentes huesos, evidentemente alto aun detrás de esa pantomima de mesa de oficina más parecida a un contador, con aire de elevado orgullo a base de humillaciones de afecto, el hombre que intuye su mediocridad mas no la acepta, un hombre que se agarra a su cartel de profesor-poeta como último resorte, ese hombre ahí sentado en ese cuartel general de la providencia académica, ese hombre a una pose pegado, alegoría del error, del engaño, ese hombre que opina sobre otros hombres aun más fracasados, aun menos tristes;

-La poesía es un aprendizaje, el artesano-poeta aguarda la inspiración en su taller de la palabra, se desenfunda su arte a través del oficio, la maestría del hombre hecho hacedor del verso incontestable.- Así decía el hombre que se llamó poeta.

Tiempo atrás una mujer lo abandonó por insoportable, por recitar D’annunzio los domingos a medio día, por rimarlo todo y hablar de cadencias y sílabas. La mujer leyó sus versos el día de la huida, en ellos se leía un hombre que jamás había amado.

-El amor es un libro de almas en cuerpos leído- Así decía el hombre, mientras la mujer escapaba, robando un verso de Biedma, un verdadero maestro no un falso amante y poeta.

El señor de la americana a cuadros camina por los corredores de la universidad con aire de sabiduría, para él, el día a día es un desfile de una mente lucida entre cerebros pobres, su paseo matutino es una marcha reivindicativa mientras espera otro premio, tiene a nivel local todos los posibles títulos de reconocimiento poético, cada papel, cada diploma es un ladrillo, un azulejo más es su castillo de altiva auto-complacencia. Con cada premio, el hombre llamado poeta se adentra más en su excluyente fabulación de maestro/profeta/superhombre.

-El lugar donde estamos, Malchut, es el centro de la altura.- Así dijo el hombre a su discípulo predilecto, un joven triste aferrado a una sombra...

Por la noche el hombre llamado poeta rellena folios interminables con los detalles de su vida; datos insignificantes que después cuelga en un espacio cibernético que algunos hombres tristes visitan, esperan encontrar algo que siempre se resiste, el poeta/hombre les instiga a estudiar más profundo para descifrar una verdad que en el texto reside.

-No existe el Meta-relato.-dice el hombre a una pose pegado. Esto dice mientras continua jugando a las damas con los gusanos de sus palabras.

Benjamin, Harold Bloom, Steiner y Deleuze, a todos maneja con elocuente soltura. Habla del posmodernismo como si de un familiar se tratase, lo nombra tanto en la literatura como en el deporte, su frase preferida era, “la razón estética es la muerte del símbolo.” Con esto accedió a la cátedra. El hombre proclamado poeta no tiene amigos, dice que la amistad es una ficción del hombre primitivo, si no existe la palabra tampoco existe el afecto, el hombre poeta no tiene nadie que le diga que definitivamente está muy falto de sexo.

domingo, 14 de diciembre de 2008

filosofía y poesía

TRABAJO ZAMBRANO-STEVENS

En el libro III República Platón en boca de Sócrates plantea el exilio para el hombre/poeta capacitado por la inteligencia para adoptar cualquiera forma e imitar todas las cosas en forma de poemas. Ante la innegable maestría del poeta, Platón sugiere recompensarle y alabarle como un Dios para después reexpedirle con destino a otra ciudad, otra ciudad desprovista de la luz de la filosofía.

III libro de la República, Sócrates a Glaucón. Platón.

¿Qué atributo del poeta, el maestro de la fabulación y las formas, preocupa a Platón, para llevarle a su inapelable decisión de exiliarlo? ¿Dónde radica esa esencial escisión del hombre filósofo y el hombre poeta?

En 1950 Wallace Stevens escribe un poema de 31 cantos titulado, An ordinary evening in New Haven donde el poeta dialoga pausadamente con la filosofía y su búsqueda de realidad. En uno de los primeros versos escribe;

El profesor Eucalypto dijo; la búsqueda

de la verdad es tan transcendental como

la búsqueda de Diós. “ Es la búsqueda del filósofo

para encontrar un interior hecho exterior

y la búsqueda del poeta de ese mismo exterior

hecho interior: cosas sin aliento despertadas a la respiración

por las inhalaciones del frío original

y la alborada originaria.

Todo empezó con el asombro. Harold Bloom define el asombro como fenómeno originario de la poesía y del pensamiento filosófico. La bifurcación acontece después. En Filosofía y Poesía Zambrano relata la historia de un ente pensador que ante el pasmo inicial de lo inmediato, el asombro, se arranca de la realidad para racionalizar, teorizar, aportar respuestas, llegar a otra cosa, una cosa que está más allá, en ese mundo de las ideas que persigue mediante el esfuerzo del pensamiento metódico y el ascetismo. Según Zambrano este arrancarse de la realidad es una violencia que separa al hombre de su entorno. El poeta no sufre esta violencia, su principal afán no es separarse de la realidad sino empaparse de ella, captarla en toda su plenitud y en todo su misterio y con todas sus ficciones, sin violencia, sin querer nombrarla mas que en la infinitud de sus mascaras para después mediante el trabajo, la lucidez y la palabra, hacerla suya. Mientras el filosofo huye de las sombras de la caverna el poeta se abraza a ellas, las seduce, se deja embaucar por ellas, crea nuevas, baila con sus reflejos, dialoga con ellas y las ama. El poeta quiere hacerse interior un exterior misterioso e inabarcable mientras el filósofo busca dominarlo, se propone conquistar la realidad y su verdadero ser en las campañas bélicas de su interior.

Wallace Stevens escribe;

La realidad como una cosa vista en la mente

no es lo que es sino lo que es prendido

un espejo, un lago de reflejos en una habitación,

un océano de cristal a los pies de una puerta,

una gran ciudad colgada en pendiente de una sombra,

una nación enorme dentro de un estilo,

toda tan irreal como irreal como puede ser lo real.

Con toda seguridad Wallace Stevens, a pesar de haber sido un miembro venerado de la sociedad norteamericana de los años 40 y 50, no hubiese conseguido el sello de aprobación Platónico para incorporarse a su república. Este poema, según el planteamiento Platónico, podría entenderse como una exaltación de los poderes creadores de la imaginación, un hacer del mundo mediante la poesía, un alejarse de la realidad en tres movimientos, una copia subjetiva de la copia de la sombra, un engaño. En la pagina 30 de Filosofía y poesía, Zambrano comenta; “ ...para Platón, en realidad, la poesía no es que sea una mentira, sino que es la mentira. Sólo la poesía tiene el poder de mentir, porque sólo ella tiene el poder para escapar a la fuerza del ser.” Ese ser que era la reintegración del hombre a su origen, reintegración mediante la razón y la verdad, mediante la realidad que se revela al hombre paciente pensador que lo libera de la oscuridad de la ceguera enloquecida de las sombras, de la necedad de la era del derrumbamiento. Esa verdad liberadora que era el optimismo, el faro de la humanidad, la llama del hombre, ese afán por llegar a la realidad que es una, compacta, sin poros, universal. Esa razón que también era justicia, esa justicia que justifica el exilio del poeta, ese no-ser que vaga la ciudad dándole voz tanto a los dioses como a sus propios demonios. Ese no-ser que rechaza la unidad, que sigue derrumbándose con cada perdida, con cada encuentro, ese no-ser perennemente en estreno en el teatro de los fantasmas, ese sujeto que como dice T.S Eliot insiste en esa extinción continua de su personalidad.”

Sin embargo como comenta Zambrano; Vivir es delirar y solo el estado de estupefacción del poeta, su abandono a lo otro, su denuncia del poder, su resistencia a la razón metódica, consigue desplazar el lenguaje a nuevos campos de expresividad donde el mundo y el submundo se revelarán con sus mil y un espejos. En el canto 31 Stevens escribe;

No es la asunción que la realidad

es un sólido. Quizás sea una sombra que atraviese

el polvo, un impulso que atraviese una sombra.

Zambrano escribe; El poeta .... entrevee algo en la niebla y a esto que entrevee es fiel hasta la muerte.

Al filósofo no le basta esta niebla, esta aprensión borrosa de la realidad, él basa su mundo en la dialéctica, en el lenguaje, en la palabra, en construir un templo de conceptos y edificaciones retóricas para proveer privilegiada seguridad a su religión del pensamiento, a su religión del descubrimiento, de la verdad. El poeta no tiene religión. El poeta si pregunta es porque el hombre pregunta, porque es preso de la música de la duda. No por encontrarse, no por decidirse a apostar por la respuesta. Por eso el poeta no se decide ni por la realidad ni por su imaginación y las dota con la misma importancia ontológica. El poeta sabe que la realidad se resiste a la razón pero también a sus sentidos, su sueño creador vence a la palabra pero también se sirve de ella. Por eso el poeta, el de verdad sigue errante y solitario, sin tomar partido. Zambrano dice, El poeta jamás a querido tomar una decisión y cuando lo ha hecho ha sido para dejar de ser poeta. Así el poeta se mantendrá a salvo, a salvo de la dictadura de las ideas pero abandonado a la tormenta del mundo y la existencia, para hablar de aquello que la razón ha desechado y callar sobre aquello que del pensamiento brota. Sólo el poeta en espera, no de alzarse hacía la verdad sino convencido de tener también que ser poseído por la mentira, podrá ser filtro de ese misterio de universo que el filósofo con impaciente afán espera. Porque el poeta unifica lo inconcebible y lo misterioso con lo textual, con lo escrito. Conoce el logos por lo que es, por su hechizo, por su jardín encantado de espinas y cables pero no se limita a él. El poeta fabrica, según Stevens, vestidos de seda con los gusanos de las palabras.

Porque el poeta no se contiene, usa su cuerpo como embudo, despierta sus sentidos, los remueve, los estremece y a diferencia del filósofo no busca la seguridad de conocer el funcionamiento, la verdad, el más allá. Porque el verdadero poeta no está interesado en la verdad, porque para él la realidad es un inmenso espejo hecho pedazos, cada reflejo, cada visión, cada percepción merece su atención, su esfuerzo creativo. Zambrano dice; Todo poeta es mártir de la poesía, Stevens dice; A la larga la verdad carece de importancia. Quizás fuera está clarividencia que a Platón preocupaba, quizás este presentimiento rondaba sus entrañas y quizás como ha ocurrido en diversas fases del trayecto, el hombre reniega del poeta para poder creerse y crearse a sí mismo.

jueves, 11 de diciembre de 2008

lo importante es perder

Lo que hace de un palacio una ruina es la victoria de la fronda. Recientemente mis delicados tímpanos fueron expuestos a las esperpénticas palabras de un compañero de estudios en la universidad de Barcelona que se jactaba en afirmar que en cuestiones de creación poética la añoranza era más bien un muro en el camino. Hay veces que oigo frases que sin saber muy bien porque abren los poros de mi espíritu y otras que me enfrento con palabras que me impulsan irresistiblemente a meter la cabeza entera en un vater equipado con la última tecnología en suni-trit systems y tirar de la cadena. Seamos serios; despertemos a Poe y digámosle perdón señor mejor empiece otra vez y para escribir con maestría, olvídese de Annabelle Lee, es decir borre de su cabeza esa imagen y de camino despierte al bueno de Cesare y dígale que mejor no hubiese escrito eso tan ridículo, verrà la morte e avrà tuoi occhi, que sufría demasiada añoranza cuando puso fin a su vida y así la creación es ardua y compleja. Bueno y ¿qué decirle a Dante? a Borges añorando ser si mismo.... y es que hay gente que cree, en palabras del mismo alumno, que todo es valido cuando se habla de poesía. Permíteme no estar de acuerdo. Permíteme afirmar que la añoranza, la nostalgia de la ausencia, la búsqueda de lo perdido, el primer deslumbramiento es causa directa de algunos de los mejores poemas de la historia de la literatura clásica y moderna. Y más aún en términos existenciales la perdida, la añoranza y el renacimiento son fenómenos esenciales del sano transcurrir de la existencia. Perdón señor Trueba, se equivoca usted, no se trata de saber perder, de hecho lo importante es perder en si. El poeta que no añora es porque nada ha perdido y no en el ámbito emocional sino también en el intelectual, perdamos nuestras palabras, nuestros estilos, nuestros hábitos. Claro ahora nos viene en mente referirnos a la ya universalmente conocida frase del rebelde y satírico Samuel Butler, it is better to have loved and lost that never to have lost at all. Perder pero no abandonar, que algo nos venza, algo como la fronda, el asombro, la otredad, el principio, la raíz, el sueño, el vacío, ese vació privado de nada, esa sensación del más allá que también es más acá como decía ayer una compañera de doctorado. Después entra la razón, claro aunque esto ya es otra historia. T.S Eliot decía, y si lo dijo Eliot no es ninguna necedad, que la creación poética es una paciente perdida de la personalidad, es decir que para escribir el poeta se debe perder y como saber si algo se ha perdido si no se añora... después vienen las palabras, los gusanos de Stevens pero amigo, compañero, hipócrita lector, ¿qué haces estudiando literatura si no ya añoras nada, o consideras vaga y empobrecedora la añoranza? Cómo explica con clarividente lucidez y la correspondiente ironía de un hombre expuesto a la verdad de con demasía, Manuel Pérez Subirana en su libro lo importante es perder, anagrama 2003, el sujeto que no fracasa, no cae en la consciencia, no se despierta al ser, un despertar que es caer en el sueño, el sueño de lo primario, lo originario, lo realmente importante. Charlando en una cafetería del bar de Gracia llamada Lennon, mi amigo doctor, Feran, apuesto joven prometedor en el mundo de la obstetricia en Catalunya, me comentó que en el útero todo feto empieza siendo femenino, es decir empezamos siendo una mujer, aparte de las connotaciones iluminadoras en lo que se refiere a mis actitudes romántico-sociales, el concepto de la añoranza se me revelo como fundamental en la existencia del creador, hemos sido la madre, hemos sido la tierra, hemos sido el sexo del universo y solo en nuestras ruinas, en el abandono del poder, del palacio volvemos a ella para nutrirnos del primer sueño, de la primera apertura de luz que en realidad era un confortable y seguro silencio oscuro. Y no es decir que grandes poetisas como Moore, Bishop, Glucke o Dickenson no sientan añoranza, quizás aún más por algo que nunca se ha sido pero sin entrar en irrelevantes argumentos genéricos avoco una defensa del perdedor, el perdedor consciente, concienciado, responsable, una defensa del que añora, una añoranza dinámica, que dialoga, que entra en discusión para suplirse de la palabra y crear, crear hacia la otredad que es la que nos falta y la que encontramos y perdemos por que de eso consta nuestra condición y porque de eso será nutrido nuestro afán de sueño y creatividad. Yo jamás tuve un palacio pero si encuentro uno espero que este en ruinas porque después de todo amigo, lo verdaderamente importante es perder.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Ha una corona di freschi pensieri, splende nell’aqua fiorita,

(MATTINA,El sentimiento del Tiempo, Giuseppe Ungaretti 1936).

Al igual que el poema de Ungaretti, Mattina, “Contemplations of Dawn” de Kristel Sayers, es una obra que suscita una corona de pensamientos frescos. El espectador es cautivado por el intenso poder de impacto sensorial del cuadro, y se abstrae de inmediato hacia un llano inmenso de pensamientos e ideas que crea esta figura de mujer hecha estatua o estatua hecha mujer. La textura de su piel de argento mezclada con carne y arcilla, la delicada finura del movimiento de sus miembros, su faz firme y nostálgica, invitan al espectador a una infinitud de alegorías y interpretaciones, todas relacionadas con el hombre como ser en el universo, el arte y el tiempo. Porque ya desde el color de la carne de la mujer que en la tela despierta, la artista nos propone la idea de un ser moderno, vital y al mismo tiempo mitológico. Sus rasgos son delicados pero sus muslos son fuertes, está moldeado con técnicas clásicas y una sensibilidad moderna y aunque su feminidad es evidente podría también, al igual que Tiresias, poseer el secreto de ambos sexos. El poder y la belleza de esta obra florecen desde el respeto máximo hacia la destreza y la perfección de las formas. La artista se ha nutrido de la belleza clásica, de Michelangelo, del renacimiento, para crear la visión de un ser nuevo que trasciende el lienzo y que llega a los sentidos, desenfundando también la reserva imaginaria del espectador y su posibilidad de entendimiento. En un contexto histórico donde el artista lucha siempre por romper, por atropellar algo, sorprender, Sayers nos ofrece una transición fluida, sin esperpénticos montículos ni hendiduras, hacia un arte nuevo, moderno, contemporáneo, calmo aunque no inmóvil y fabulosamente clásico. La estatua/mujer/hombre de la artista nos plantea una serie de reflexiones y preguntas acerca del ser humano y el arte desde la quietud de su lecho de pintura; ¿Hacia donde? ¿Por qué? ¿Cuándo? Es posible que en el arte como en la vida, Sayers y también el gran poeta de Israel Yehuda Amichai estén de acuerdo en afirmar, “Quizás como una estatua sin brazos, la vida sea más bella sin hazañas ni heroísmos.”

lunes, 8 de diciembre de 2008

ars poética

Ars Poética

A falta de religión

el hombre adopta la poesía,

Nos place el ingenio y sus acertijos

mas la poesía es un sueño del hombre,

no de la palabra,

Al este está el recuerdo, al norte la razón,

el sur contiene instintos y el oeste alimenta los sentidos,

en el eje central de la rosa de los vientos

está tu ausencia desde donde nace el verso.

El hombre que no sabe cantar,

no sabe de poesía,

Si hay algo que derruye el poema

es la jactancia de hombre,

El sueño es a la poesía

lo que es el ojo al espejo,

El tiempo existe en la creación

como paciencia no como tiempo,

Una poesía sin imagen

es como un cuadro sin color,

La poesía no navega en corrientes,

el hombre que escribe por tendencia

se condena por ignorancia al olvido,

Escuchar a un verdadero poeta

es cómo acercarse al mar,

La disolución del hombre

es el deber del poeta,

no hay lugar mejor para el verso

que entre el silencio de grandes pensamientos,

La creencia engendró mártires y mitos,

la poesía crea desde el mito

una ficción de hombres expectantes.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

el sueño creador

La pasividad en el sueño es uno de las pocos caminos seguros hacia la revelación, pasan cosas si, pero sin posibilidad de intervención. La trama ocurre por debajo, acontece, sucede con esa inevitabilidad irrefutable de las historias que siempre estuvieron ahí, acuarteladas en ese espacio onírico que fue y será siempre el mismo. La revelación es como acceder un instante, mediante la razón, al lugar del comienzo. El poeta, el pintor, el verdadero filósofo, el músico que visita el sueño y emerge de él, sin resistencia, sin anhelo, sin personalidad, nos brinda una posibilidad inigualable de entendernos realmente . ¿Acaso no estuvo Dylan en ese mundo, en ese tiempo, que no es tiempo? ¿Acaso no volvió como Orfeo con nuevas sobre el infierno, aunque después decidiera sucumbir a los mimos de la comodidad de lo consciente, o la ceguera? ¿No estuvo ahí Dante, Blake, Quevedo, Milton, Kafka, Shakespeare, Whitman, Stevens, Baudelaire? El trabajo de la razón es arduo y el sacrificio eterno, la creación no es esperar la llama del espíritu santo, hay musas caprichosas que se ganan a base de horas de suplicio mas sin el sueño creador todo este trabajo es superfluo. Todo creador debe ser susurrado al oído mientras duerme, mientras habita ese mundo del sueño, del castillo borroso, no importa acordarse, las melodías de la psique transitan desapercibidas por nuestros miembros, la cuestión es pillar alguna y dejar que nos corteje, cuando hayamos sucumbido entonces será hora de expresarnos. El sueño es un pozo que nos refleja por dentro, a nosotros como individuales entes y a nosotros como colección de pequeños derrumbamientos.

martes, 2 de diciembre de 2008

el embuacador

Me han dicho que escriba, preferiblemente una novela, algo profundo y entretenido que amenace tímidamente la estabilidad rutinaria del lector. Me han dicho que busque en mi infancia, un periodo sufrido y largo, estación idónea para la propagación de traumas. Me han dicho que se puede ganar dinero, mucho, que si algún editor se apiada del libro podré al fin comer en mi propia casa, imaginaos, que absurda suposición; una casa propia. Yo no sé escribir, dicen que cuento buenas historias. La verdad es que hablo porque entre otros humanos me invade una terrible sensación de pánico, una bocanada invertida de inquietud que paraliza mis sentidos y cuya única enemiga es la palabra. Hablo por temor. Siento que si callo el mundo se dará cuenta de mi miedo y entonces este acabará por engullirme, me tragará de un bocado y me dejará en esa esquina oscura de la habitación para siempre. A veces mis historias captan la atención de alguien y en ese silencio, el de los otros, mi voz se expande y cobran vida mis silabas, entonces yo me refuerzo, salgo a la calle más grande y olvido el eco del pánico que normalmente deambula por mis órganos. Es una extraña sensación. Sólo Jeremy la conoce, se la expliqué durante una noche de copas mientras intentaba convencerme que debía escribir un libro. El se hecho a reír. “Es normal hombre, típica paranoia del artista moderno post-dannunziano, el super-no-yo. Mi mente crea una ficción donde no soy yo el autor de la función sino el pobre niño con pánico al escenario.” Yo no lo entendí muy bien pero parecía que sabía de lo que estaba hablando. Después de todo Jeremy sabía mucho de artistas, había estado involucrado sentimentalmente con varias pintoras, actrices, escritoras y cantantes. Ninguna de aclamado reconocimiento internacional pero algunas con un cierto renombre en Barcelona. Ejercía un cierto magnetismo irresistible sobre ellas, una fuerte inducción debida principalmente a un físico virtuoso, una capacidad innata de hacer ponderar sutilmente el ego de los demás y una supuesta técnica inmejorable en el arte del amor carnal. Era muy divertido observar como estas divas del canto o el escenario se derretían por dentro con un solo movimiento de un hombre reservado y sin vocación artística que deambulaba por las fiestas más exclusivas de la ciudad sin tener ni mínima idea de lo que era un acorde, un soneto, un Rembrandt o una comedia griega. Conocía algunos nombres de cosas por ejemplo, impresionismo, post-modernismo, corrientes literarias, Blake, y los usaba con acierto en momentos muy puntuales de la conversación donde los reunidos concebían que si Jeremy no había participado antes en el coloquio era por tierna timidez o cordialidad. Jeremy adopto un aire misterioso y fascinante y una estela de mujeres jóvenes lascivas lo perseguían con sus miradas por todas las fiestas VIP de Barcelona. Jeremy se había convertido en un experto seductor, especializado en jóvenes artistas. Con las otras mujeres no le funcionaba tan bien, yo estuve con él en diversas discotecas de la ciudad, el Moog, el Fellini, el plataforma, el Razzmataz, sus logros eran más bien mediocres, siempre mejores que los míos, eso esta claro, pero no dignos de mención. Sin embargo jamás vi a un hombre tener tanto éxito sexual en fiestas privadas como Jeremy. Sus favoritas eran las literarias, un palco inmenso de cuerpos poco agraciados y mentes aceleradas para desenfundar su telaraña de conquistas. Para ser justos, tampoco creo que Jeremy lo hiciera conscientemente, era una pasión que ejercía sin excesiva premeditación. A muchos les apasiona el deporte, la música, la poesía, a Jeremy le apasionaba embaucar, seducir, atrapar. Sin embargo el engaño en muchos casos fue evidente y más de una artista tuvo que recurrir a las pastillas anti-depresivas durante un tiempo para olvidar el pecho delicado y libre de frondas capilares del bueno de Jeremy. Jeremy había roto varios corazones artísticos a través de la ciudad condal y su reputación empezaba a alcanzarle cuando en una de esas fiestas en un piso remodelado del barrio gótico, con suelos brillantes de madera antigua, equipado con la última moda en accesorios audio-visuales y electrodomésticos fashion-line, conoció a Mia, una mujer alta y delgada, con la piel pálida y suave y dos ojos verdes rodeados de una gruesa capa de lápiz de ojo negro. Jeremy se acercó, usó su táctica de tos y la lágrima en el ojo cuando la rozó en su camino hacia una copa de cava. Ella estaba apoyada en la mesa, como distraída, absorta en algún pensamiento, sus miradas se cruzaron, mantuvieron el pulso durante unos segundos, Jeremy fue el primero en apartarla, ella sonrió. Esa sonrisa coqueta y burlona delinearía las bifurcaciones de su senda durante mucho tiempo.

viernes, 28 de noviembre de 2008

planetarium

Planetarium

Era cóncavo el cielo, también el mar

y las paredes de su casa,

no fue un viaje, un desplazamiento,

solo un tránsito circular.

Empleaba a menudo palabras redondas,

ruedo, giro, vuelta,

tolerable asunto

hasta que se empañaron los vidrios.

“Una veta de sol es igual al sol mismo,”

así pensaría él,

(con un solo rayo

iluminaba todos los ángulos de la casa.)

Un hombre puede subsistir años en una esfera,

Pero ¿y una flor?

vivieron de las sobras oblicuas de un cristal,

primorosamente ajenas a la urgencia de las estaciones.

Primera Estación

¿Es este el vértigo del hombre?

una torre destemplada en el desvelo del invierno.

¿Cuál es la palabra que os acongoja?

Muerte, perdida, emoción,

¿Creéis que esto en la torre se os pasa?

Que da igual que la nieve decore una montaña,

que embellezca las estatuas.

¿A quién culpáis?

Las hojas murmurando a los pies del palacio,

el viento mismo,

¿os molesta el viento?

¿Os preocupa que las cosas hablen,

que os susurren al oído aun estando muertas?

No os salvará la torre.

Los murallas que hoy os honran

declamarán vuestra caducidad.

¿Qué habéis creado?

Cables, hierros, superficies punzantes,

es como un frío que lleváis por dentro

un frío húmedo que ejercéis sobre los otros,

el mismo efluvio desalmó las amapolas,

las hizo negras,

el orgullo que os corrompe

también ha de morir.

Primavera

Cuando ocurrió estaba como ausente,

el acontecimiento,

la revelación,

la que enloquece a los poetas,

mendigos celebres,

quizás no proceda llamarlo bello,

acontecieron tantas cosas;

la porcelana en el suelo, una pila rota,

un siglo de injurias y estropicios,

solemne diríamos

como un vaso solo en el paraje,

soñando un río, nubes, lluvia

el hombre camina

sobre el cuero de un desierto,

de cada brote en la rama

debería nacer una esperanza.

La Estación del bochorno

Mirad sus pies

bamboleando bajo el puente,

lo crucial, lo definitivo

no fue vencer,

ahora en esta dorada familia

de meses complacientes,

se permite olvidar.

Los días desfilan por otro espacio,

un otro tiempo,

el sueño, un fervor detenido,

autoriza la pausa,

esta vez no habrá derrumbamiento.

Lánguido e indiferente,

el mar, arrastra,

sin desvelarnos,

nuestra balsa de recuerdos.

la última caída

La Ultima caída

Entonces ven,

recorre conmigo estas calles desiertas,

los bazares chinos de tenderos mudos,

el hastío perenne del burdel ambulatorio,

Ven,

entremos juntos en las pensiones hueras,

la humedad que nos persigue

como un anciano solitario,

¿y por qué correr?

¿por qué escapar?

¿por qué huir

del que sostiene algo?

Estoy vacío, estoy vacío,

por los puentes de mis manos se filtra el frío.

Cuando desvanezca la fiebre recuerda;

La vigía es el reposo del sueño,

despertamos alejándonos del tiempo,

todo lo que podemos mover es inalcanzable,

nos alcanzamos cuando vence el lugar,

¿y por escapar?

por qué escapar+

Ven,

enterremos nuestras luchas,

privados de consciencia,

absortos en la templanza del otoño,

una caída plácida del ser que celebra,

al fin,

la victoria

de la gravedad.

el ocaso de los centavos

El Ocaso de los dos centavos

En mis sentidos no,

el ocaso poliédrico se desenfunda

a pesar de mí,

un palco, el sillín aterciopelado

que importa que estés vencido,

cansino y arruinado bajo las sábanas,

una fábula creadora diseña tus mosaicos.

Digamos que la razón vino luego,

justo después del deslumbramiento,

Chagall andaba despistado

pensaba en formas geométricas y caballos verdes,

muy en vano tremolaban sus vértebras,

hizo lo que tú,

se abandono al origen del comienzo.

-El paraíso,

no está perdido,

abusas dél paraíso,

la perdición

de aquel que en todo

se pierde-.

Esto dijo, mientras la mujer,

una mujer polifónica y rubia,

acariciaba sus piernas

como si de un signo se tratase,

eclesiástico ,

entonces dibujó un crepúsculo,

algo así como un silencio largo,

mientras contabas tú los centavos,

como Jenny la de los piratas,

por seguir a Byron, Shelley, Keats.

-Es muy simple-dijo ella,

-Kant tenia un gusto horrible

por el arte

por eso hablaba tanto.-

Después Monet nubló un río

que fluía bajo un puente,

y el O

que dibujó en la boca del ministro

perdura

aun si actualmente se prefiere el botox

y una simulación de grandes pechos.

Creo en la inocencia,

un cuero que cada día

me voy quitando,

como si cada verso,

para silenciar la plegaria,

fuese eco de sí mismo,

así lo dijo Heráclito,

la verdad solo existe

como correa de la muerte.

Si quieres escribir,

sacrifica tu nombre,

da lugar al milagro,

y si alguna vez has tenido

vecino a dios el oído,

escribe y si no, ¡calla perro!

que aun retumban tus ladridos.

El ocaso poliédrico se desenfunda,

mientras luchas con lo innombrable

por pagar el alquiler.